miércoles, 22 de abril de 2015

AUTOCROSS DIVISIONES

DIVISIONES:

  • Div 1; Turismos y prototipos de cuatro ruedas motrices de 4000cc de cilindrada máxima, se admiten motores turbo teniendo en cuenta que cada centímetro cúbico de un motor turboalimentado equivale a 1,7cc de un motor de alimentación atmosférica.
Entre ellos podemos encontrar turismos de grupo A y de los antiguos grupo B como el Ford RS200, el Peugeot 205 T16 o el Lancia Delta S4; además de prototipos de chasis tubular con carrocería de fibra, unos con grandes motores en posición central trasera (tipo fórmula) y otros con dos motores de motocicleta de gran cilindrada.
  • Div 2 (o div II); Turismos exclusivamente de grupo N con modificaciones permitidas según los reglamentos y de una cilindrada inferior a 2000cc. Entre ellos se encuentran vehículos derivados de copas monomarca y turismos preparados por particulares y especialistas.
  • Div 2A (o div IIA); Turismos de grupo N exclusivamente de cilindrada inferior a 1600cc.
Se admiten pequeñas preparaciones en las suspensiones y en algún otro apartado según el reglamento.
  • Div 3 fórmulas monoplaza de chasis tubular de pequeño tamaño con jaula protectora antivuelco dotados de un motor de motocicleta de gran cilindrada en la parte posterior. Son vehículos de tracción total que se han creado al efecto con una relación peso/potencia que les dota de gran aceleración en seco y una alta velocidad en el paso por curva. En la mayoría de los casos son dos motores de moto unidos a un mismo eje y tracción a las cuatro ruedas, en otros casos son motores de gran potencia.
  • Div 4 (o div IV); Fórmulas monoplaza de chasis tubular de pequeño tamaño con jaula protectora antivuelco dotados de un motor de motocicleta de gran cilindrada en la parte posterior. Son vehículos de tracción trasera que se han creado al efecto con una extraordinaria relación peso/potencia que les dota de gran aceleración en seco y una espectacular velocidad en el paso por curva. Se denominan Car Cross y gozan en la actualidad de gran popularidad por lo espectacular de su conducción y el gran número que toman la salida en cada prueba.
 
SEDesde que Marc Márquez llegó a MotoGP y peleó con Valentino Rossi -y perdió- en Qatar 2013 quedó clara cuál era la rivalidad que la gente quería ver. El que, para muchos, es el mejor piloto de todos los tiempos, contra el nuevo fenómeno, el que estaba batiendo todos los récords.
Los dos títulos del ilerdense acrecentaron su figura. Por números, con cuatro mundiales, dos de ellos en la clase reina, 46 victorias en grandes premios, 70 podios y 52 poles, ya está entre los 10 mejores de todos los tiempos. Pero sólo tiene 22 años y está en el equipo con más presupuesto y medios del Mundial.
Por si fuera poco, tiene carisma. Cae bien. Su espectacular estilo, con el codo en el suelo, le ha hecho más atractivo para el público.
Sin embargo, en frente está el mayor mito de la historia. A sus 36 años, cuenta con nueve títulos, siete de ellos en la máxima cilindrada, 110 victorias, 199 podios y 60 poles. Palabras mayores. Es el piloto con más fans desde que existen las carreras. El Mundial gira en torno a él. En cuanto a márketing está en otra dimensión. Genera millones, tiene su empresa y hasta le hace las camisetas... a Márquez.
Por eso es el duelo que todos desean. En un lado, Valentino, que hasta ha variado su pilotaje aprendiendo de Marc, adaptándolo a las tumbadas que los actuales neumáticos Bridgestone permiten. Representa la experiencia. Se las sabe todas. Es un maestro en el cuerpo a cuerpo, un animal el día de las carreras, capaz de sacrificar las poles. El mejor a la hora de frenar y el que ha conseguido una Yamaha a su gusto, que tiene un gran paso por curva, pero que también es estable al pararla.
Su ambición nunca se fue. Ni con los dos años negros en Ducati. Es cuestión de talento. Ha tirado de paciencia y fe. Ha ido poco a poco creciendo. En 2013 quería estar cerca de los tres españoles. En 2014 superó a su compañero y ganó a Marc con todas las de la ley en Misano. Le llevó al límite hasta que el catalán se cayó en la persecución.
Ahora ya vislumbra el décimo entorchado. No es un sueño. "Lo más importante es que nos hemos dado cuenta de que el título es posible", resumía en Termas. Tiene 30 puntos de ventaja y él sabe administrar. Se cae muy poco y apenas comete errores.
La pujanza de la juventud de Márquez es su valor. El propio Vale le definió como una versión mejorada de sí mismo. Estudió, y estudia, las carreras de su ídolo y repite sus acciones, como en el toque con Lorenzo en Jerez 2013 o pasando a Valentino en el Sacacorchos.
Su punto fuerte es, a la vez, su punto débil. Es agresivo e incorformista. Probablemente, en Argentina, viendo el ritmo de Rossi debería haber amarrado el segundo lugar, pero eso habría sido traicionarse a sí mismo. En su gen está pelear, aunque sea en causas perdidas. En Austin eso le llevó a la pole.
En su mejor momento
Por edad, Marc va a más. Cada vez gestiona mejor las carreras, como se vio en Texas. Ya sabe que cuando más debe forzar y buscar los límites es en entrenamientos. Además, su acomplamiento con una Honda que le permite frenar muy tarde es máximo.
Rossi vivió duelos con Biaggi, Sete, Melandri, Hayden, Pedrosa, Stoner o Lorenzo, pero Márquez parece un reto aún mayor. Marc se peleó con Pol Espargaró, Bradl, Pedrosa y Lorenzo. Vale parece otra historia. La deseada.
Desde que Marc Márquez llegó a MotoGP y peleó con Valentino Rossi -y perdió- en Qatar 2013 quedó clara cuál era la rivalidad que la gente quería ver. El que, para muchos, es el mejor piloto de todos los tiempos, contra el nuevo fenómeno, el que estaba batiendo todos los récords.
Los dos títulos del ilerdense acrecentaron su figura. Por números, con cuatro mundiales, dos de ellos en la clase reina, 46 victorias en grandes premios, 70 podios y 52 poles, ya está entre los 10 mejores de todos los tiempos. Pero sólo tiene 22 años y está en el equipo con más presupuesto y medios del Mundial.
Por si fuera poco, tiene carisma. Cae bien. Su espectacular estilo, con el codo en el suelo, le ha hecho más atractivo para el público.
Sin embargo, en frente está el mayor mito de la historia. A sus 36 años, cuenta con nueve títulos, siete de ellos en la máxima cilindrada, 110 victorias, 199 podios y 60 poles. Palabras mayores. Es el piloto con más fans desde que existen las carreras. El Mundial gira en torno a él. En cuanto a márketing está en otra dimensión. Genera millones, tiene su empresa y hasta le hace las camisetas... a Márquez.
Por eso es el duelo que todos desean. En un lado, Valentino, que hasta ha variado su pilotaje aprendiendo de Marc, adaptándolo a las tumbadas que los actuales neumáticos Bridgestone permiten. Representa la experiencia. Se las sabe todas. Es un maestro en el cuerpo a cuerpo, un animal el día de las carreras, capaz de sacrificar las poles. El mejor a la hora de frenar y el que ha conseguido una Yamaha a su gusto, que tiene un gran paso por curva, pero que también es estable al pararla.
Su ambición nunca se fue. Ni con los dos años negros en Ducati. Es cuestión de talento. Ha tirado de paciencia y fe. Ha ido poco a poco creciendo. En 2013 quería estar cerca de los tres españoles. En 2014 superó a su compañero y ganó a Marc con todas las de la ley en Misano. Le llevó al límite hasta que el catalán se cayó en la persecución.
Ahora ya vislumbra el décimo entorchado. No es un sueño. "Lo más importante es que nos hemos dado cuenta de que el título es posible", resumía en Termas. Tiene 30 puntos de ventaja y él sabe administrar. Se cae muy poco y apenas comete errores.
La pujanza de la juventud de Márquez es su valor. El propio Vale le definió como una versión mejorada de sí mismo. Estudió, y estudia, las carreras de su ídolo y repite sus acciones, como en el toque con Lorenzo en Jerez 2013 o pasando a Valentino en el Sacacorchos.
Su punto fuerte es, a la vez, su punto débil. Es agresivo e incorformista. Probablemente, en Argentina, viendo el ritmo de Rossi debería haber amarrado el segundo lugar, pero eso habría sido traicionarse a sí mismo. En su gen está pelear, aunque sea en causas perdidas. En Austin eso le llevó a la pole.
En su mejor momento
Por edad, Marc va a más. Cada vez gestiona mejor las carreras, como se vio en Texas. Ya sabe que cuando más debe forzar y buscar los límites es en entrenamientos. Además, su acomplamiento con una Honda que le permite frenar muy tarde es máximo.
Rossi vivió duelos con Biaggi, Sete, Melandri, Hayden, Pedrosa, Stoner o Lorenzo, pero Márquez parece un reto aún mayor. Marc se peleó con Pol Espargaró, Bradl, Pedrosa y Lorenzo. Vale parece otra historia. La deseada.

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